miércoles, 20 de mayo de 2009

16052009. Colesterol.- SANT ESPIRIT. GILET

Dicese del Alcohol esteroídico, blanco e insoluble en agua. Participa en la estructura de algunas lipoproteínas plasmáticas y a su presencia en exceso se atribuye la génesis de la aterosclerosis.

Pues por lo que se ve tenemos a dos miembros en vigilancia intensiva debido a esta problemática. No hay mal que por bien no venga y el socio nº 00004, esta recuperando la senda que nunca debió abandonar y comienza a ser más asiduo en nuestras salidas, eso sí, ahora cuesta.

La etapa se diseño en principio para volver a subir a las antenas de Montepicayo, todo principiante debe de pasar por este trago. En el último momento nos arrepentimos y nos dirigimos al Monestir de Sant Espirit, lugar donde Chema, deboto el, podría ponerse en paz con Dios y consigo mismo. Esto se debía a que preveiamos que podría costarle la vida misma la participación en etapas no llanas de más de 40 km .

Se puede decir que abordamos bien la etapa, fuimos concienciando a Chema y llegamos al monasterio a una hora decente. Circulamos por el desvio del Pico del Aguila y así mantuvimos unas pendientes más adecuadas para nuestro compañero.


Véase que esta vez el socio nº 00004 no sufrió esa metamorfosis que es habitual en él, por la cual mengua, véase anteriores entradas que acreditan el hecho. Después nos dirigimos al Bar Mediterrani donde almorzamos bastante bien, véase anteriores entradas que acreditan el hecho.


Cual fue mi sorpresa al descubrir que nutricionalmente no fuimos capaces de suplir toda la perdida de energía que Chema puso en juego en esta primera parte de la etapa. La frase "Me comería otro bocata, el hambre que tengo, después de toda la semana a régimen.", anticipaban los hechos que ocurrieron a continuación, la no posible metabolización de los hidratos y proteinas ingeridas unidos a que a esas horas se levanta el viento en el Golfo de Valencia hizo que la velocidad de crucero en carril bici disminuyese a límites insospechados, 11-13 km/h. No soportando este ritmo José tubo que hacer camino porque una familia le esperaba, era mejor no darles un susto. Finalizamos el día con un moreno cetrino en los antebrazos que anticipa la llegada del verano.

P.D.: Al día siguiente aún fue necesario nutrir al compañero a base de mi propuesta gastronómica habitual para el fin de semana, hoy Tocinillo de Cielo. La foto es real, obra de arte. Además observese el reflejo mariano.


2 comentarios:

Fernández dijo...

Celebro que el biciclub vuelva a ser lo que antaño, con sus miembros al completo. Esto se debe sin duda a la estupenda gestión del presidente, sin desmerecer la labor didáctica y concienciadora de nuestro nutricionista.
El artículo publicado esta semana es muy interesante, ya que el colesterol os afecta a una gran mayoría. Sin embargo no olvidemos que podría tratarse del "colesterol bueno", y además yo siempre he discrepado del nuevo sistema de entrenamiento que proponen el Lupas y Saba: el método de "pedalea o revienta" puede ser contraproducente, pues se está demostrando que puede provocar el infarto súbito o bien graves secuelas sicológicas, (así como quemaduras leves en la piel).
En cuanto a tocino de cielo, es un postre delicioso que nació, según parece, en el marco de las bodegas de Jerez. En estas bodegas se utilizaban claras de huevo para aclarar los vinos, y como las yemas no tenían una utilización práctica se las regalaban a las monjitas de los conventos próximos. Sin embargo, su contenido en colesterol es muy alto. Saba debería explicar también esta contradicción...
A tenor de la gravedad del asunto, yo propondría no comprar la barbacoa y en su lugar hacer almuerzos a base de soufflé de verduras o ensalada de nabos.
El presidente.

Fernández dijo...

CRÍTICA GASTRONÓMICA DE LA SEMANA
En esta ocasión, remedando a nuestro crítio habitual, me encargo de la valoración gastronómica de la propuesta de la semana.
Saba, amante de los postres de cuchara, nos presenta un tocino de cielo, de origen antiguo, pero siempre muy bien valorado por comensales golosos.
La presentación es aceptable, con esa suavidad amarilla que caracteriza a los mejores. La foto casi nos transmite ese leve temblor en sus carnes que lo convierte en un bocado lujurioso.
Sin embargo, el autor se ha mostrado perezoso al presentarlo en su estado más básico. La rotundidad de este postre exige que sea equilibrado con un acompañamiento ligero (de una base de coco, un carpaccio de higos, y ¿por qué no el afamado arroz con leche de Saba?). Es una deuda pendiente.
El Presidente