lunes, 4 de mayo de 2009

CATA DE VINOS CON SABA Y LOLES

Dentro del marco de actividades culturales y gastronómicas, que complementa las actividades bicicleteras de nuestro bici-club, Saba y Loles ofrecieron en su piso de solteros una cata de vinos. Los asistentes pudimos disfrutar de una agradable velada. Los vinos, mediocres en su conjunto (y presentados a temperatura inadecuada, según los comentarios de los asistentes), estuvieron acompañados de unas tapas bien presentadas y muy representativas de nuestra gastronomía.


Coincido con Muriel Barbery, que en su libro "La elegancia del erizo" nos recuerda que los hombres deberían limitarse a sus necesidades, por lo que normalmente prefiero las cenas ligeras. Sin embargo (sin menospreciar la oreja adobada, las morcillas o las bravas), me atrevería a decir que se echaron en falta unos chipirones y la famosa tortilla de patatas de la madre de Saba, incluso quizá unos hongos.

Los comentarios sobre el vino los dejaré a los expertos, aunque me gustaría alabar el "Ágora tempranillo", que me pareció el más destacable, quizá porque mi paladar está educado en los refrescos carbonatados.

Nuestro agradecimiento a los anfitriones, Saba y Loles, que derrocharon simpatía.

El Presidente

2 comentarios:

José M. Sabariego dijo...

No pretendía ser una cena. Si hubieses avisado tu asistencia, hubiese derrochado generosidad en las viandas, eso sí no refrigeradas, ya que la nevera se estaba recuperando de una reparación. Yo creo que con tres latitas de foie-gras La Piara, el de toda la vida y media barra de pan se hubiese calmado tu siempre presente hambruna. Recordemos que ya habías cenado, que no me debe sorprender ya que suele ser una práctica habitual en tu persona el cenar dos veces.
Esperaba que hubieses hecho la crítica de la etapa.

LUPAX dijo...

Para los aficionados no asistentes al evento, rogaría que se aclarese el comentario "vinos mediocres en su conjunto", y que se puntualizase cuáles de ellos no satisficieron los expertos paladares, y cuáles de ellos estuvieron a la altura.
Dichos comentarios me ayudarían a calibrar las apetencias y gustos de nuestros amigos para sucesivas ocasiones.
No obstante, a buen seguro que los vinos servidos ocultando su procedencia valdepeñera, y habiendola sustituido por un RIOJA escrito a boligrafo habría mejorado en mucho su calificación, y por supuesto habría hecho las delicias de tan magnos catadores.