martes, 6 de octubre de 2009

031009 El Saler


El pasado fin de semana, dado que muchos de nosotros teníamos compromisos familiares, optamos por una excursión cortita. Cómo no, la elección fue el recorrido por El Saler. El día anterior, con un ánimo exaltado después del almuerzo en la bodega "Fila", Juanma se apuntó a la salida, aunque Chemaka no pudo hacer lo mismo por motivos de trabajo.


Esta excursión, aunque próxima a la ciudad, siempre es agradable; no en vano estamos recorriendo un valioso espacio natural. Es cierto que siempre hacemos el mismo recorrido, pero nunca nos aburre... En esta ocasión, las recientes lluvias nos han dejado unos caminos encharcados, "ullals" esplendorosos y un agradable olor difícil de describir.


Se nota que es otoño -uno no sabe si salir con manga corta o manga larga- pero lo que no hay que olvidarse a partir de ahora son los guardabarros (en este aspecto, Saba es un purista que se niega a usar este accesorio). Juanma finalmente excusó su ausencia, así que por allí anduvimos los tres de siempre, disfrutando como niños con los largos charcos que encontrábamos al paso.


No faltó una visita a los "ullals", que tan pocas veces se presentan con agua, que puso a prueba nuestra pericia sobre la bici, pedaleando sobre la arena.


Finalmente, un almuerzo en el "Moncayo", como no podía ser menos, para despedir a nuestro amigo Saba, que por motivos de matrimonio no nos acompañará en las siguientes excursiones. A destacar los chupitos de orujo...

El Presidente

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