domingo, 29 de diciembre de 2013

131123 LAS MORATILLAS (Homenaje José María Sáiz)

Después de algunas semanas con dificultades para reunir a todo el BVA, este sábado por fin volvemos al terreno que más nos gusta, las pistas, bien lejos del asfalto. Y lo hacemos con el equipo al completo.
Un buen madrugón, un poco de fresquito matinal y todos con ganas de hacer esta ruta por Las Moratillas que todos los años recorremos, pero esta vez con alguna sorpresa... Los seguidores de este blog recordaréis que esta ruta la hacemos en homenaje a José María Sáiz, ex-miembro del BVA, al que recordamos con cariño.
José María Sáiz, segndo por la izquierda, en una reunión de ex-jugadores del Marítim (hockey hierba)
Como ya es tradición en estas etapas de invierno, Saba nos preparó un termo de café con leche y su reconocida "coca de calabaza". No hay mejor manera de empezar.
Con el cuerpo atemperado nos ponemos en marcha hasta la falda de la sierra, desde la gasolinera donde hemos dejado el coche. Es un tramo casi llano, pasando por la nueva cárcel en construcción (¡¡parecen adosados!!).
Luego, tramo de ascenso por pistas bastante bien cuidadas, hasta tomar un desvío (la novedad de hoy) que nos lleva hasta las antenas de telecomunicación. Cuidado que no os confundáis como nosotros, ya que una carretera asfaltada hacia Buñol sale muy próxima al desvio bueno -por tierra- que nos sube hasta dichas antenas.
Como toda subida a antenas, el tramo es asfaltado, lo que nos da una pista sobre la pendiente de esta zona. Sin embargo, se deja subir cómodamente, y las vistas de la Sierra de Malacara son realmente bonitas: nos ha salido un día de categoría.
Paramos unos minutos en la cima, para disfrutar de las vistas. Curiosamente, hay una pequeña caseta abierta con una mesa y viejas sillas, que a buen seguro han servido de improvisado refugio a más de un ciclista en días de viento o frío.
De momento, todo según lo previsto... ahora llega el descenso hasta el río Mijares. Este tramo es muy bonito; el camino tiene piedra suelta en la mayor parte, pero no llega a ser una trialera. La vegetación nos acompaña en todo momento, y es todo, todo bajada. Puedo deciros que es uno de los que más me ha gustado en estos últimos años.
El largo descenso hacía presagiar un subida igualmente larga, lo que iba minando el ánimo de algunos... Al llegar casi a orillas del río, en una agrupación de casas, Saba tuvo un repentino problema con el freno trasero (falta de mantenimiento!!!!), y el Lupax no se lo pensó dos veces: cuando nos dimos cuenta ya había sacado el bocata y había acampado en la solana, al pié de una caseta. El sitio era perfecto, así que no hubo discusión.
A partir de aquí, la mañana se complicó mucho, mucho. La subida hasta el área de Las Moratillas es muy bonita, pero es subida... Saba tenía un mal día, y su ritmo era más que lento. El tiempo se nos echaba encima, y el Lupas tenía que estar de vuelta antes de comer. Para complicarlo más aún, tuve un pinchazo múltiple, y no pude adelantarme a por el coche como habíamos previsto.
Esperamos a Saba ya en Las Moratillas, y sin parar ni para hacer una foto retomamos el camino hacia la gasolinera. Y aquí se lió todo de verdad: dejamos a July acompañando a Saba, mientras que nos acercábamos al coche para ir cargando bicis y ganar unos minutos. Pero cuando volvíamos en coche por la pista para encontrarnos con ellos, nos cruzamos con Saba en un sitio complicado: le indicamos que siguiera, hasta que pudiéramos dar la vuelta y recogerle. Pero... ¿y July? Pues al parecer el amigo había cogido un desvío por asfalto (¡ese!, ¡ese que llevaba a Buñol!). Y esa era la situación entre graciosa y dramática, porque ya eran las dos de la tarde. Fue un caos de llamadas por teléfono, falta de cobertura, Saba esperando en la gasolinera sin saber nada y Julián que se había plantado en Buñol ¿?¿?.
Finalmente y por resumir mucho, conduciendo tipo rally alcanzamos a July entrando a Bunyol; salimos a la autovía para llegar de nuevo a la gasolinera, donde Saba había buscado un rincón al sol para aguantar la hora que estuvo esperando sin saber de lo ocurrido... en fin, que cargamos su bici y volvimos a Valencia a toda pastilla, a riesgo de que nos pillaran los radares. Por dar un dato, yo llegaba a casa a las 4 de la tarde, pero bien contento por haber conocido una variante para esta ruta ya clásica para el BVA de Fuente Umbría-Las Moratillas.
Una ruta digna de nuestro amigo José María Sáiz, que aconsejo a todo el mundo y que seguro que repetiremos en el 2014. Las fotos, como siempre, en nuestro álbum online. En breve colgaremos el track.




sábado, 28 de diciembre de 2013

131109 CIRCUIT RICARDO TORMO

Este sábado, con ausencia de Saba, no era cuestión de montar una de esas etapas de montaña que tanto nos gustan. En su lugar, y aprovechando la edición del Campeonato de Motociclismo en Cheste, hemos visitado a unos amigos que tienen un chalet en las proximidades del circuito.
Para alargar un poco la ruta, decidimos hacer la ida por las Cubres de Calicanto, descendiendo luego por la Urbanización El Bosque hasta enlazar con la autovía.
El descenso por este lado es bien distinto a la trialera por el lado este. Se trata de una carretera local que discurre entre un bosquecillo de pinos primero, y luego por campos de naranjos hasta la antigua N-III. Aunque está bordeada de chalets, resulta agradable y con poco tráfico.
Una vez en la vía de servicio, tomamos camino hacia la urbanización del hotel La Carreta, donde los amiguetes nos esperaban en el chalet. Por este tramo ya se apreciaba cierta densidad en el tráfico, y por supuesto bastantes motos en dirección al circuito... ¡ambientillo de carreras!
El almuerzo, como siempre, de categoría. En casa de los Barea siempre nos tratan como si fueramos de la familia... una imagen vale más que mil palabras.
Arturo y sus amiguetes se marchaban a ver los entrenamientos, y Avin? llegaría más tarde, al salir del trabajo. Por ello, no quisimos alargar el almuerzo (¡que tentación quedarnos tomando unos chupitos) y tomamos camino de vuelta, no sin antes acercarnos un poco a ver -¡y oir!- el ambiente de las carreras...
Un espectáculo estupendo, sobre todo para nosotros que aún tenemos el gusanillo de las motos dentro. Pero tocaba volver a casa. Yo tenía previsto cruzar hasta encontrarnos con el cauce del Turia, pero el Lupas propuso simplificar y volver por la autovía, en línea recta. Más peligroso pero indudablemente más rápido.
Hubo que hacer algunos "transbordos", ya que fuimos buscando las vías de servicio para más seguridad. Pero finalmente, gracias al viento a favor, nos plantamos en un santiamén en Valencia.
Una mañana completita, con una ruta sencilla pero variada y entretenida. El sol nos acompañó casi todo el camino, y ¡qué decir del almuerzo!
Gracias a la familia Barea y ¡buena suerte para los corredores españoles!, que se juegan el campeonato.

jueves, 26 de diciembre de 2013

131101 ALREDEDORES DE LA RODANA

Esta que os presentamos hoy es una ruta "menor", de esas que uno hace esos días tontos en que no hay tiempo para algo más excitante, pero que no queremos quedarnos en casa, sin nuestra ración de bici de montaña.Sin embargo, vista en su conjunto tampoco es una ruta cualquiera. Puede que no tenga la grandeza de las rutas de montaña, pero nos ofrece un poco de todo, lo que nos garantiza unas horas de entretenido pedaleo.
La idea inicial era dejarnos guiar por unos amiguetes de Julián; el encuentro estaba previsto en los alrededores de Manises, ya en el paseo del parque fluvial del Turia. A esas alturas, el Lupas ya tenía problemas con la tija del sillín, que se iba bajando poco a poco.
Después de un par de paradas para apretar a muerte la brida, el Lupas finalmente tuvo que regresar porque no había manera de mantener el sillín en su sitio. A partir de ese momento, el grupo siguió bordeando el cauce, hasta abandonarlo a la altura de "la presa", en dirección a Loriguilla para seguir luego hasta la zona de Carasoles.
Algunos tramos de asfalto por tranquilas carreteras locales, y ya estábamos al pié de colina de Carasoles, que subimos en un plis-plas. El soleado día invitaba a disfrutar de las vistas, pero nos quedaba camino por delante y apenas paramos un par de minutos en la cima. A partir de ese momento tras unos kilómetros de transición, entramos en la falda de la Rodana, donde pudimos disfrutar de bonitas sendas entre los pinos.
No faltó alguna caída anecdótica... la 29" de Julián no termina de esquivar bien los pinos... Pero se nos pasó volando este bonito tramo, y poco después nos vimo entrando en Villamarchante (día de Todos los Santos), en busca del almuerzo.
Un almuerzo muy lucido, ya que estuvimos en la plaza del pueblo, un lugar amplio y luminoso (que no soleado, aunque el día no era del todo frio). Lo cierto es que no me quedé con el nombre del bar, pero como digo es muy fácil de localizar. Eso sí, la megafonía del ayuntamiento nos taladró los oidos con música ciertamente desafinada.
El regreso, para no complicarnos con el tiempo, lo hicimos por el conocido cauce del Turia. A pesar de la hora, no había demasiada concurrencia, así que pedaleamos con tranquilidad y disfrutando del trecho en ligero descenso.
Y disfrutando también de las bonitas vistas...
Una agradable mañana que me ha brindado la oportunidad de acercarme al paraje de La Rodana, además de conocer a los amiguetes del July. Interesantes sobre todo las sendas, pero seguro que vale la pena también subir a esas antenas que veo en algunas fotos de la web. Lo apuntamos para el 2014.

Todas las fotos, como siempre, en nuestro álbum online. Un saludo a todos.

sábado, 23 de noviembre de 2013

131019 Pico Hierbas (Chiva)

19 de octubre del 2013. La semana pasada, aprovechando el puente, el BVA casi al completo estuvo por el norte de España, recorriendo algunos de los tramos del Camino de Santiago. Resultó toda una experiencia, y en breve haremos algunas entradas en este blog para compartir con todos vosotros las fotos y algunas anécdotas.
Pero hoy me gustaría mostraros la ruta que hicimos este sábado... Con la mitad de los compañeros ausentes, propuse a Julián darnos una vuelta por la sierra de Chiva, con sus singulares barrancos y el Pico Hierbas. Julián, que se apunta a todo, no se lo pensó, y hacia allá nos dirigimos con el coche, para hacer la ruta desde la localidad de Chiva. La ruta es básicamente mitad subida y mitad bajada, con algunos tramos singulares como la trialera y las sendas que nos encontramos al regreso, bajando del Pico Hierbas. La primera anécdota del día ocurrió apenas subirnos a la bici, ya que el July tuvo que desmontar el portabidón de su 29er, ya que la rueda chocaba con éste al actuar la suspensión delantera... cosas de estrenar bici...
Poco después viviríamos otra nueva anécdota, propiciada por una interpretación errónea del track, ya que iniciamos la ruta en sentido inverso. Afortunadamente, mi conocimiento de la zona me permitió rectificar rápidamente y buscamos un enlace, a través de caminos, para rectificar el trazado. Lo malo es que resultó bastante complicado cruzar el pequeño barranco de lado a lado, ya que cañaverales y zarzas creaban un muro en medio... Nos vimos sortenando algún ribazo y campo de algarrobos, pero finalmente conseguimos retomar la ruta buena.
Como decía, la mitad de la ruta es básicamente de ascenso, primero por camino asfaltado, por el sinuoso "Barranco Grande", pasando por la Fuente del Enebro y acercándonos a la zona de "La Marjana". La zona es conocida por su valor geológico; las vistas sobre el barranco son espectaculares, lástima que el día estaba un poco nublado...
En este tramo de asfalto, ¡que a Julián se le estaba atragantando!, se nos unió Jorge (creo que ese era su nombre), que nos acompañaría ya hasta casi el final de la etapa. A partir de ese momento se abandona el asfalto para dirigirse hacia el Pico hierbas, por caminos en estado regular. Julián, como es de constitución ansiosa, se adelantó en algún tramo de descenso, y se pasó el desvío a la derecha, con su cartelito y todo... anduvimos unos minutos indecisos, ya que no sabíamos qué dirección había cogido y los móviles estaban sin apenas cobertura.
Después de unas cuantas voces, finalmente nos reunimos de nuevo y ya no paramos hasta llegar al observatorio del Pico Hierbas. Hay que destacar que las vistas justo antes de alcanzar la cumbre son espectaculares sobre el valle... lástima de las nubes bajas, ya que en anteriores ocasiones he podido comprobar que el paisaje de verdad quita la respiración.
Y ahora llega lo bueno: el regreso por sendas con bastante piedra suelta, subiendo y bajando a lo largo de algunos kilómetros, hasta llegar a una trialera que se encuentra en el límite entre lo divertido y lo peligroso. Guardaba un recuerdo muy bueno de este tramo -me va esto de las trialeras- pero a Julián y Jorge no les entusiasmó demasiado... lo cierto es que se trata de un caminito de pedruscos sueltos y angulosos, donde cualquier fallo se puede pagar con un buen susto.
Lo cierto es que me arrepentí un poco de haberlos llevado hasta allí, pero a Jorge parece que le gustó la experiencia (lástima que su Giant semi-rígida no le permitió muchas alegrías), y a Julián hay que meterle caña, que el cuerpo se lo pide...
Pero la verdad es que acabaron bajando, entre maldiciones, arañazos en las piernas y algo de disfrute. Luego, el resto es ya por caminos y finalmente asfalto hasta Chiva. Eran casi las 15:30 cuando nos despedíamos de Jorge (que se encaminaba hacia Cheste), y apenas nos dió tiempo a una cervecita rápida: ¡qué menos, ya que el bocata nos lo tomamos en ruta y con cierta prisa!
En fin, supongo que tardaremos en volver por la zona (aunque yo tengo por costumbre acercarme a celebrar el Año nuevo)... la próxima vez nos traeremos a Rafa para que conozca los bonitos barrancos de esta sierra de Chiva. Como siempre, os dejo las fotos en nuestro álbum online. El track lo encontraréis en Bikemap...