jueves, 21 de marzo de 2013

130223 EL TORO

Hace ya un mes que hicimos esta ruta, y se hace un poco raro publicar estas fotos con nieve ahora que acaba de llegar la primavera... pero así ha sido este invierno... el frio tardó en llegar.



Sin embargo, la nieve por fin se dejó ver, y nosotros aprovechamos la ocasión para dar una vuelta y hacer unas fotos. Aunque lo cierto es que ocurrió casi por casualidad, pues ya teníamos previsto acercarnos a El Toro cuando la televisión nos anunció que en un par de días llegaría una bajada
 brusca de temperaturas.



Habías dos opciones diametralmente opuestas: hacer caso a la razón y cambiar la ruta o hacer caso al corazón y atrevernos con la nieve y el frío... vosotros habríais hecho lo mismo, ¿no?



Pues allá que nos fuimos: Saba, Julián y yo. Bien sabía Saba donde nos estábamos metiendo, pero Julián ni se lo imaginaba. La verdad es que nos hizo un frio que rozaba lo insufrible. saba nos había preparado su desayuno energético, con chocolate caliente y coca de calabaza. Nos subimos en la bici a 2ºC bajo cero, pero el viento hacía que las manos y la cara se nos quedaran congeladas, hasta el punto de no poder articular bien las palabras.

Esa media hora inicial se nos hizo eterna... si alguien hubiera propuesto volvernos al coche yo creo que no lo habríamos dudado... pero nadie se atrevió a proponerlo, y seguimos llaneando entre carrascas en busca de la larga ascensión.



El resto se resume fácilmente: la suerte nos acompañó, ya que el viento nos dió tregua, refugiados a sotavento de la montaña, y el sol empezó a asomar, aliviando esa sensación de congelación. Esto, sumado a la subida continuada, hizo que entráramos poco a poco en calor y pudiéramos seguir avanzando.



Conforme ganábamos altitud se iba viendo la escarcha en los márgenes del camino, y en algunos tramos el blanco empezaba a predominar, lo que aprovechamos para hacer algunas bonitas fotos. Lo que no imaginábamos era que más adelante encontraríamos nieve "de verdad".



Efectivamente, para gozo de todos, llegamos a vernos rodeados de una sábana blanca casi contínua. Parecerá una cursilada, pero nos hacía ilusión rodar así, sobre la nieve, y también hacer las fotos tan bonitas que nos dejarán un recuerdo imborrable de esta etapa (junto con el frio viento que nos acompañó todo el recorrido).



Lo cierto es que el viento, de unos 20-30 km/h, nos fue favorable durante casi toda la ascensión, lo que nos permitió completar el recorrido previsto, a pesar del esfuerzo extra que suponía pedalear sobre la fina capa de nieve...



Tan emocionado estaba yo que no pude evitar la tentación de subir al viejo acuartelamiento abandonado. El frio nos había calado hasta bien dentro, sobre todo a mí, que por un desafortunado olvido, no tenía ni guantes de invierno ni casco. Así pues, con el apoyo de Julián y con cierta desazón de Saba nos dirigimos hacia la parte más alta del recorrido (unos 1600 m). Todos estábamos ya tocados de fuerzas, pero una vez más el viento nos era favorable y nos empujó hasta las alambradas del cuartel.



Una vez allí el sol lucía claro, pero el fuerte viento impedía que entráramos en calor. Nos colamos por la destartalada valla y, sin ánimos de explorar los viejos edificios abandonados, buscamos refugio en la primera de las construcciones. Allí, entre los escombros y al abrigo que nos daba una amplia sala, almorzamos de pié y apenas sin mediar palabra. Creo que ninguno tuvo valor de acabarse el bocata, tales eran los temblores que teníamos. Nos tomamos como pudimos el café calentito que Saba nos había preparado en un termo y nos sobrepusimos lo suficiente para subirnos otra vez a la bici (a punto estuvimos de que se complicara el asunto, porque un alambre de esos de pinchos se enrolló en mi rueda trasera y por poco hace un destrozo).



Quedaba el tramo más favorable, en franco descenso hasta El Toro. Sin embargo, se convirtió en la parte más dramática de la ruta, ya que el viento de cara y la propia velocidad de descenso nos congelaba manos y cara, entorpeciendo mucho el control de la bici. Imagináos cómo bajaba yo, con unos finos guantes que pude coger del coche y sin casco ni protección para la cara. Apenas un gorro de tela y un pañuelo liado sobre las orejas, que evitaron que se me quedaran como témpanos.



El descenso fue, insisto, para olvidar, a pesar de que era por asfalto y todo de bajada. Llegamos al pueblo con bastante retraso acumulado -rondando casi las dos de la tarde- y con los cuerpos tan castigados que no hubieron ganas ni de un quinto en el bar. Cansados física y mentalmente nos subimos al coche y derechitos para Valencia. Pero eso sí, muy contentos de haber superado el reto y por haber disfrutado de tan bonito paisaje.
 

Ruta en bici 352351 - powered by Bikemap 

Creo que las fotos os ayudarán a entenderlo... como siempre, en nuestro álbum online. El track lo habíamos tomado ya hace un par de años de http://www.bikemap.net/route/352351#lat=39.95909431115&lng=-0.73297257225039&zoom=17&maptype=ts_terrain

A todo esto, el Lupas no pudo venir por un desafortunado accidente, ya que se dislocó el hombro unos días antes. Tranquilo, ¡el año que viene repetimos, Lupas!

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