lunes, 18 de noviembre de 2013

130914 RIBARROJA

¡Vaya racha llevamos! Estamos en pleno noviembre, con el invierno que ha caido con todo su peso, y me veo escribiendo la entrada correspondiente a principios de septiembre... ¡a esta marcha no recuperamos el retrado en el blog!


Como ya sabéis los de esta zona, el recorrido por el cauce del Turia hasta Ribarroja es un paseíto (unos 40-50 km ida y vuelta) en llano, si exceptuamos algunas pequeñas rampas y los numerosos puentes que nos llevan alternativamente de una ribera a otra del río. Al seguir el lecho del río, el tramo de ida es ligeramente ascendente, y a la vuelta se puede alcanzar un ritmo muy bueno... aunque este sábado no era un buen día para ello.


Yo no sé si sería porque volvíamos de las vacaciones de verano o qué, pero esa mañana, a pesar que que apenas eran las 9:00, el camino estaba a parir de compañeros ciclistas... esto tendría que ser una buena noticia, pero la verdad es que los grupos que se iban formando nos entorpecíamos los unos a los otros, sobre todo porque algunos se empeñaban en adelantar a cualquier precio... Hay que destacar que los matorrales estaban invadiendo los márgenes del camino (lamentable mantenimiento por parte de los responsables, si atendemos también a los socavones y cárcavas que las lluvias van creando y que no se reparan), y esto lleva consigo que el camino se estrecha y se complica cuando nos cruzamos de cara con ciclistas y paseantes. La cuestión es que el tramo de ida resultó algo estresante por la aglomeración... pero lo cierto es que algunas chicas alegraban la vista...


Pero para aglomeración, la del Restaurante Askuas... ¡vaya aforo! Creo que nunca había visto tantos ciclistas juntos... ni en el Circuito de la Serranía...
Eso sí, hay que reconocer que la logística estaba bien resuelta: ya no funcionaba el aparcamiento del solar contiguo, pero un empleado del restaurante se encargaba de organizar los aparcamientos a todo lo largo de la calle... bueno, una imagen vale más que mil palabras...


El almuerzo también muy bien atendido. No encontramos sitio en la terraza, pero en el pequeño comedor pillamos una mesa con vistas al río... muy romántico. No quisimos excedernos, y en vez de "arreglaíto" nos conformamos con unos bocatas, eso sí, bien acompañados de su tapita de pimientos y la correspondiente cerveza helada.


¡Para que decir nada de los chupitos!


El regreso, como digo, bastante rápido, aunque veréis en la foto que en algunos tramos íbamos segando los márgenes con el manillar...


Por lo demás, una mañana muy agradable, que marcaba el regreso del Lupas al BVA, después de varias semanas saliendo solo con la bici, por las tierras de Vera (Almería). Por otra parte, veréis que yo había dejado aparcada la Scott para rodar un poco con la antigua B-Pro, como preparativo del Camino de Santiago (pero esa ya es otra historia...).


Los grandes ausentes: Saba y July, que se perdieron el pedazo de almuerzo y una ruta bastante agradable, sin complicaciones.


Como siempre, el polvo blanquecino de este recorrido obliga a darle un manguerazo a las bicis.


Esto es lo que dió de sí el reencuentro parcial del BVA después de las vacaciones estivales. Esa misma tarde salí con la familia a patinar... y llegó el fatídico esguince de rodilla... Continuará...

No hay comentarios: