lunes, 22 de abril de 2013

TRAVESÍA TERUEL-CUENCA. CAPÍTULO IV: ALTO DE LA MOGORRITA



Segundo día de esta pequeña aventura, tan pequeña que apenas acaba de empezar y ya llega a su fin... El dia de ayer fue muy intenso, y para hoy tendría tambien un precioso día de bici... si no fuera por la dichosa lluvia.



Por lo pronto, me pongo en marcha, con el chubasquero y con el equipaje bien protegido contra la lluvia. Quiero aprovechar el tiempo, no puedo permitirme esperar a que amaine. Un corto tramo de asfalto me lo pone un poco más fácil, pero pronto el track me lleva de nuevo por caminos de tierra.



El agua mana de todos lados, cada camino es un pequeño arroyuelo; ahora apenas llueve y se puede disfrutar del paisaje. Este tramo transcurre a veces entre pinares, y otras bordeando pequeños valles. ¡Incluso se ven manchas de nieve!



Me dirijo al alto de la Mogorrita (1864 m), pero los suaves relieves que imponen los Montes Universales sobre al altiplano del Alto Tajo, a penas la convierten en una cumbre especialmente destacada. El terreno anegado, la nieve y los troncos caidos conforman un interesante paisaje, con un fondo siempre verde. Una larga pista, con zahorra gruesa y algo suelta, me lleva en línea recta hacia la cima.



De repente el camino empieza a sepentear de nuevo, y me encuentro rodeado de nieve que se acumula en algunos tramos. Aparecen algunas rampas más duras, difíciles de abordar sobre la bici... ¡¡esto se pone interesante!!. Y de nuevo me encuentro pedaleando por suaves lomas, como en un prado. Y entonces ocurrió: ¡un enorme ciervo se me cruza a apenas unos 20 metros!¡vaya sorpresa!, esto no ocurre muchas veces en la vida... Una parada para retomar fuerzas (unas barritas y chocolate), y disfrutar un poco del paisaje, a pesar de la niebla.



El último tramo hasta el vértice geodésico fue un poco más complicado. La pendiene era bastante seria, y la nieve complicaba el avance. Echando pie a tierra en ocasiones, por fin piso las rocas del vértice. Un momento emocionante, aunque suene infantil, saberse en la cresta más alta de Cuenca, seguro que rodeado de ciervos... lástima estar rodeado de nubes... no se veía nada más allá de 10 metros.



Pues es el momento de seguir camino. Es un lugar realmente bonito, pero la lluvia vuelve a arreciar y he perdido bastante tiempo tomando fotos durante todo el tramo de subida. La estrategia está clara: desisto de hacer la ruta completa y tiro del plan B. Desde donde estoy tomaré carretera directamente hasta Beamud (unos 30-40 km), en lugar de hacer todo el recorrido previsto por caminos (serían unos 80 km, y bajo la lluvia se podrían hacer eternos y un verdadero calvario).



El descenso tampoco es fácil, sortenado cúmulos de nieve de unos 30 cm de espesor. La lluvia ahora va en serio, y es complicado bajar rápido, así que mejor tomárselo con calma...



El largo tramo de asfalto tampoco se da mejor. El firme es bueno, y la carretera tiene muchas curvas, pero es imposible disfrutarlo por la dichosa lluvia. Uno ya lleva los pies empapados, pero el resto del cuerpo se mantiene caliente y seco



El problema es que son ya varias horas bajo la lluvia y eso termina por aburrir. El paso por Huélamo es sin hacer parada alguna. La carretera ahora es casi llana, y no cunde tanto el pedaleo. Una pequeña parada al pié del Júcar para comer algo y encaro el último tramo hasta Beamud, siempre por asfalto.



Un final un poco simple para esta pequeña aventura. Lástima no haber completado la ruta prevista (aunque tampoco creo que me hubieran llegado las fuerzas, para esos 3500 m acumulados en dos días). Sin embargo, la experiencia ha sido muy buena. No me enrollo más, sólo darle las gracias a los creadores de la ruta. Me quedo con los bonitos paisajes, con ganas de volver para hacer alguna rutilla con los compañeros del Biciclub Verano Azul.

Fernández

miércoles, 17 de abril de 2013

130413.- Del Pantano Loriguilla a Sot de Chera

Por fin el tiempo acompaña, amanecía  un soleado día y libre de viento, hoy habíamos decidido coger el coche para hacer una etapa mas interesante después de las vacaciones de fallas.  Nuestro compañero Lupax sigue postrado debido al síndrome de "More-Lavalle", pero cumplimos con el aforo de la Megane  Scenic, se apuntaron Julián y Rafa.
 
 

Pasamos a por Rafa en Benaguacil, sorprende como decía antes la capacidad de este monovolumen seria objeto de un estudio de bricomania, cuatro tios y cuatro bicis. En poco tiempo y cumpliendo todos con el horario nos plantamos pronto en el desvio de la CV-35 hacia el pantano de Loriguilla.
 
 
En esta zona hacia fresco, las montañas hacen de parapeto y a las primeras horas de la mañana generan una umbría un poco incomoda.
 
 
Camino tranquilo los primeros 5 km por carretera hasta que llegas al pantano después por pista de tierra en buen estado, pero siempre subiendo.
 
 
Lo que te sorprende es que cuando avistas Sot de Chera te encuentras arriba del mirador del pueblo, El Morrón situado  en lo alto del promontorio rocoso del mismo nombre,este mirador en el que se puede disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes de todo el valle de Sot. Se encuentra a 548 metros de altitud, por lo tanto si queríamos almorzar teníamos que dejarnos caer hasta el pueblo esto podía ser un inconveniente porque luego tendríamos que retomar esta gran rampa para retomar el track.
 
 
El almuerzo tuvo lugar en la Unión Musical de Sot de Chera, y resulto muy aceptable  además llegamos en hora correcta y aun no se había llenado de ciclistas resultando muy grato ver llegar luego a diversas peñas cuando nosotros ya teniamos todo el servicio. Almuerzo muy relajado y luego a afrontar el ascenso en estos momentos se echaba en falta un vehículo asistido como el de la señora.
 
 
 La vuelta tuvo una pequeñas variante para de nuevo volver al pantano y de hay al coche por la carretera del pantano, vuelta a casa y casi sin darnos cuenta se hacia tarde aun así con tan buen tiempo que hacia Rafa nos invitó a unas cervezas en Benaguacil, gran acierto.
 

martes, 16 de abril de 2013

TRAVESÍA TERUEL-CUENCA. CAPÍTULO III: BEHIND THE MUSGO

El día ha sido largo, en el mejor de los sentidos: he podido disfrutar de la bici, de los paisajes y de cierta soledad. Tan largo que la noche prácticamente se me ha echado encima. Algunos calambres en los brazos me venían recordando que ya estaba bien por ese día, y buscaba ya los aledaños del Monumento al Tajo para establecer el pequeño campamento y pasar la noche.



Pensé que sería fácil encontrar un rincón tranquilo y apartado, pero todo estaba anegado por la lluvia caída días atrás. Después de ir y venir por caminos embarrados -sin alejarme del monumento- decidí adentrarme en un pinar bastante cerrado, con esperanza de encontrar un lugar adecuado. Hubo mucha suerte, y apenas 20 m más allá del camino, había un pequeño claro ideal para descansar de una vez...



El plan estaba claro: montar la tienda con la poca luz del día y cenar cuanto antes, para acostarme pronto y madrugar. La tienda de campaña consistía en un iglú abierto, de esos de la playa, que había traido por su ligereza. Cualquier tienda tipo "Decathlon" pesaría como mínimo un par de kilos, por no hablar del tamaño... y tampoco era cuestión de gastarse más de 100 euros en una tienda ultraligera...



La cena consistió en un par de raciones de sopa de sobre (calentada con pastillas de encender barbacoas), fiambre, chocolate y fruta. Sencilla pero reconfortante. No eran ni las 9 de la noche, así que cené con calma, disfrutando de la tranquilidad del lugar.



Aunque había llevado un libro, preferí dormir pronto para aprovechar bien el día siguiente. Pues bien, como los amiguetes me habían avisado del riesgo de lluvia, tiré mano del plan de emergencia. Éste consistía en envolver la tienda con un plástico de esos de protección cuando pintas en casa, ultrafino y por eso bien ligero. Formé una burbuja alrededor de la tienda, sujetando el plástico al suelo con piedras y cubriendo parcialmente la bici... nadie me la iba a robar, pero daba mal rollo dejarla fuera de la vista.



Y así transcurrió la noche, envuelto en aquella cosa, y bajo una lluvia que pronto apareció y no cesó en toda la noche. El viento también sopló, amenazando con tumbarme el invento cual cuento de Los Tres Cerditos... pero hubo suerte y aguantó bien: solo al apuntar el día comenzó a aparecer una pequeña raja en la parte superior, pero la noche ya estaba superada.



Ni que decir tiene que me dolían todos los músculos y articulaciones de las piernas (cosa sorprendente, pues ya anteriormente habíamos hecho en el BVA casi 70 km sin problemas. Lo peor es que no paraba de lloviznar, y así tuve que tomar el desayuno. De nuevo pude calentar un chocolate gracias al cacito y las pastillas de encendido, y con galletas junto con alguna barrita completé el menú.



Rápidamente a desmontar el chiringuito y volver a acomodarlo todos los trastos en la bici... no fué muy difícil, aunque bajo el siribiri todo empezaba a mojarse. Me puse en camino bajo la lluvia, pero no tenía sentido esperar a que cesara. Unas fotos en el monumento, recarga de agua (¡qué hartazgo de agua!, estaba rodeado de riachuelos, fuentes y cesped empapado).



En la próxima entrega CAPÍTULO IV: MONUMENTO DEL TAJO-BEAMUD, pasando por el precioso "Alto de la Mogorrita".

lunes, 8 de abril de 2013

TRAVESÍA TERUEL-CUENCA. CAPITULO II: DÍA 1, TERUEL-NACIMIENTO RIO TAJO

Día D, 7:50 horas, me presento en la estación de autobuses bajo una llovizna que anticipa el tiempo que va a hacer durante estos dos días. Es el comienzo de la pequeña aventura, así que respiro satisfecho al comprobar que los planes han cuadrado bien y finalmente podré disfrutar de un par de días de naturaleza y bicicleta... solo se echa en falta a los amigos.

Como era de esperar, al subir al autocar un pequeño problema: hay una pareja que pretende subir hasta Sarrión para dejarse caer por la vía verde Ojos Negros, pero la empresa solo admite dos bicicletas por trayecto... El conductor se pone serio en este tema, pero yo presento el billete comprado el día anterior en ventanilla (ya me olía algo así); la pareja de ciclistas lo tienen un poco más crudo, pero al final el conductor cede y nadie se queda en tierra... Suspendo para SAMAR en cuanto a este tipo de información en su web. Pasemos rápido el capítulo del bus, no sin antes comentar que cuando paré en Sarrión para ayudar a los compañeros a descargar sus bicis por poco me quedo allí sin la bici, ya que el conductor se largaba sin mí... ¡¡que profesional!!


En fin, 10 de la mañana y ya estaba en la estación de autobuses de Teruel, con los bártulos en la bici y buscando la Plaza del Torico, para hacer la foto de salida y cargar agua. La salida de Teruel fue casi instantánea, ya que tras callejear 2 minutos ya me encontraba cruzando la carretera y tomando un camino de tierra... Teruel desapareció al instante de mi vista. Los primeros kilómetros no tienen mucho interés, entre granjas o almacenes y alguna que otra pequeña escombrera. Solo habiéndonos alejado unos 5 km se empieza a disfrutar del paisaje y de caminos limpios. Teruel aparece fugazmente en el paisaje, para desvanecerse poco después.


Empiezo a disfrutar de los paisajes abiertos, primero de arcilla roja y cárcavas, luego las lomas alfombradas de cebada o centeno(o no sé qué otro cultivo, ya que apenas si había pequeños brotes).


A partir del km 20 el camino se vuelve más sinuoso, y sobre todo más pedregoso. Es un momento clave para mí, ya que en los siguientes 15-20 km me encontré bastante cansado. Seguramente sería una cuestión sicológica, ya que el pedaleo se me hizo bastante pesado, o es que realmente estaba notando el peso extra en la bici y la mochila.


A la altura de El Campillo el viento de cara también fastidiaba lo suyo, y no pude coger agua (la fuente estaba cancelada). El cielo amenazaba lluvia, pero media hora más tarde volvía a aparecer el sol. El viento seguía fastidiando, así que hice un par de paradas para descansar, disfrutar del paisaje, comer algo y hacer fotos, sobre todo en la bonita laguna de Bezas.


En Saldón pude recargar agua, cosa que ya empezaba a preocuparme, ya que había llenado un solo bidón en Teruel, pensando que por el camino encontraría fuentes. Era un buen momento para comer. El siguiente tramo ya lo hice más animado, porque el camino era más agradable, con ganas de llegar a Terriente y tomar algo en el bar. Sin embargo, al llegar al pueblo llevaba un ritmo tan bueno (pedaleaba sobre asfalto y los kilómetros cundian más) que decidí no parar.


Siguiendo el track, subí hasta el mirador de Algarbe y desde ahí en ligero descenso hasta Moscardón, donde hice un replanteamiento del viaje: sumaban ya 50 km y eran casi las 5 de la tarde... imposible hacer 100 km el primer día, aunque aún me encontraba bien de fuerzas. El nuevo plan sería hacer 70-75 km y buscar donde pasar la noche.


En Frías de Alabarracín (18:00) hice el último contacto con esposa y amigos, aprovechando que había cobertura. La lluvia amenazaba con más fuerza, y el frío empezaba a notarse. Recuperé fuerzas con unos frutos secos y chocolate y me dispuse ha hacer el último tramo del día. El siguiente hito sería el Nacimiento del rio Tajo.


El track me sacó de la carretera para llevarme por un tramo de montaña, por donde pude encontrar manchas de nieve y bonitos ejemplares de sabina rastrera. Para mi sorpresa, volví a bajar para retomar la carretera, y entonces, con el piloto rojo en el transportín, llegué hasta el monumento.


Aún quedaban algunos turistas, a pesar de la llovizna y de que anochecía. Los alrededores estaban anegados de agua y barro, así que dí una vuelta por la zona y decidí meterme en el bosque, hasta encontrar un pequeño claro donde pasar la noche fuera de la vista de los curiosos.


Un día lleno de emociones, pero había que prepararse para la noche. En breve, el CAPÍTULO III: BEHIND THE MUSGO.

TRAVESÍA TERUEL-CUENCA. CAPITULO I: LOS PREPARATIVOS

Aprovechando una serie de coincidencias espacio-temporales, he podido cumplir una de mis ilusiones. Estas vacaciones de Pascua he podido realizar una travesía de dos días en bicicleta, desde Teruel hasta un pueblecito de Cuenca. Me gustaría compartir con vosotros esta experiencia, tanto por las fotos de los bonitos paisajes que he recorrido como por los detalles de planificación y el mismo track, que puede servir a algún compañero de la bicicleta de montaña para realizar una ruta similar...

No voy a soltar el rollo del enriquecimiento personal, del contacto hombre-naturaleza o de la soledad del ciclista... mi intención es describir con brevedad la ruta, para compartir la experiencia con l@s compañer@s del BVA y con el resto de seguidores de nuestro blog.

¡Que mejor que empezar por el principio! Para preparar esta ruta apenas se necesita ganas y un mínimo de sentido común. Familia y amigos nos marchabamos a Beamud (pueblecillo de Cuenca) a pasar el fin de semana, lo cual me dejaba en bandeja la posibilidad de hacer la travesía que nos proponen Carlangas y amigos en wikilock (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1219871), pues se hicieron una ruta de tres días desde Teruel hasta Cuenca, al parecer basada en la original de Anibal. Las modificaciones sobre este track consistían en cambiar el último tramo, ya en la provincia de Cuenca, para acabar en Beamud en lugar de finalizar en la capital. La reducción de distancia (se quedaba en 165 km en contraposición a los 204 originales) me permitía plantear la ruta en dos días, en lugar de los tres que necesitaron Carlangas y compañía.

Los números eran un tanto optimistas, ya que me salía un desnivel acumulado de unos 3500 m, con la idea de hacer una primera etapa de unos 100 km (aprox 2000 m acumulados) y una segunda de 65 km. Como digo, sonaba demasiado optimista... tuve que preparar un recorrido alternativo por si la cosa se complicaba y tenía que rebajar las expectativas; este segundo recorrido me permitiría, en caso de apuro, reducir la distancia a solo 120 km, y me facilitaría llegar a tiempo al punto de destino.


Ruta en bici 2025848 - powered by Bikemap 

Una vez claro el recorrido, había que superar el reto de llegar hasta Teruel... por tren quedaba rápidamente descartado (imposible con RENFE y en estos días festivos, según todos los comentarios que hay en la red), así que me centré en la opción de ir en autocar. Sin problemas (o casi) con la compañía SAMAR, que me permitía salir a las 8:00 para estar en Teruel a las 10:00... pero como uno ya peina canas me preocupé de ir un día antes a sacar el billete, para que me confirmaran que no habría problemas con la bici... y menos mal, ya que me vendieron billete para mi (10 €) y para la bici (7 €), pero no me advirtieron de la limitación que luego me pondría el conductor del autocar... Con los billetes en la mano, quedaba solo preparar el equipaje.

La idea era ser totalmente autosuficiente en todo el recorrido, lo que suponía llevar comida para dos días y un saco y un pequeño refugio para pasar la noche en la montaña. Me vi obligado a comprar un portaequipajes para la ocasión, pero me hice con el más barato (Decathlon), ya que no tengo previsto hacer muchas rutas como esta... Tuve algunos problemas para adaptarlo a la bici, ya que la Scott tiene una tija de sillín de 35 mm, y no pude encontrar transportín para esta medida. Suerte que lo preparé con tiempo y pude fabricarle un adaptador adecuado.



Como digo, llevaba lo imprescindible para apañarmelas solo: comida, saco, aislante, una pequeña tienda de campaña de esas abiertas (para proteger del viento y sol en la playa) y algo de ropa de repuesto. La previsión meteorológica avisaba de alta probabilidad de lluvia y viento, y esto condicionó también el tema del equipaje.



La noche anterior al dia D dejé preparado todo: la tienda de campaña iba sujeta directamente al cuadro con cina adhesiva (para no cargar todo el peso detrás), y en el transportín coloqué saco, aislante y una bolsa con parte de los víveres y ropa. Imprescindible un botiquín de emergencia (que siempre llevo en la bolsa portaherramientas) con pastillas potabilizadoras, pastillas contra la diarrea, antihistamínicos para la alergia, etc... En cuanto a la comida, la parte más pesada iba en la mochila, pues no quería penalizar demasiado el peso de la bici. Dado el enfoque aventurero de la ruta, añadí un chubasquero, pastillas para hacer fuego, mechero, cuerdas y cinta adhesiva en cantidad, junto con un plástico grande de esos de proteger muebles cuando pintas en casa (ya os contaré para qué...).

En la siguiente entrega CAPÍTULO II: DÍA 1, TERUEL-NACIMIENTO RIO TAJO Como siempre, las fotos en nuestro álbum online. Un saludo. Fernández.

jueves, 4 de abril de 2013

POLEMICA SOBRE EL "CASO TEMBLEQUE"

Estos días, ya sea por la falta de salida en bicicleta o por otros motivos, se ha levantado una gran polémica alrededor de la figura del Presidente Saba. Desde estas líneas, queremos expresar nuestro apoyo incondicional al Presidente, que siempre ha actuado en beneficio del BVA y dejando su interés personal siempre a un lado. Los hechos son los siguientes: debido a que nos aproximábamos a la cifra de 30.000 visitas a nuestro blog, el Presi decidió promocionar las visitas ofreciendo un premio para el "Visitante 30.000"; este premio consistía en un almuerzo a cargo de nuestro biciclub. Si bien es cierto que las bases del concurso no estaban muy claras, nosotros hemos visto con buenos ojos esta campaña. La sorpresa saltó cuando, de forma inesperada, las visitas se multiplicaron en un cortísimo espacio de tiempo, de modo que casi instantáneamente se produjo la esperada visita 30.000. Estos sucesos levantaron suspicacias entre algunos miembros del BVA, que prefieren guardar su anonimato. Así, el premio quedó otorgado a Quique Perea, que rápidamente se puso en contacto con el equipo directivo para reclamar su almuerzo. Estos hechos han dado lugar a un gran revuelo cuando Ester, simpatizante de nuestro biciclub y que nos ha acompañada ya en algunas rutas, levantó la voz de alarma, ya que fue su hermano el premiado en esta campaña. Se da la circunstancia de que Quique es amigo personal del Presidente, lo cual resulta -cuanto menos- sospechoso. En las fotos siguientes se ve, en efecto, a Saba y Quique coincidiendo en distintos eventos (fotos gentileza de FACEBOOK).
 


Y así están las cosas, con un almuerzo de por medio y cierto descontento entre algunos miembros del BVA, que ven como sus cuotas van a servir para pagar un premio que se ha concedido en
circunstancias algo extrañas.
 
Una foto del Presidente disfrutando de unas recientes vacaciones en un complejo de lujo han avivado la polémica. Nosotros, como hemos dicho al principio, apoyamos la actuación de Saba, pero entendemos que este "caso Tembleque" ha debilitado su imagen pública. Creemos que Saba debería dar la cara e invitar a un almuerzo a todos los afectados, para dar las explicaciones oportunas. ¡Animo, Saba!, puedes contar con nosotros... Fernández