jueves, 2 de enero de 2014

131130 EL PALMAR

De alguna manera, en nuestro más profundo interior, a todos nos apetecía esta semana una etapa rodadora, sin montaña. Será por lo movidita que resultó la ruta por Las Moratillas de la semana pasada, digo yo...
El caso es que todos estubimos de acuerdo en dar una vueltecita por la playa, para almorzar en El Palmar. Lo suyo habría sido estirarse un poquito hasta El Perelló, pero estamos ya a finales de la temporada y apetece ir tomándose las cosas con calma.
Así que empezamos el paseo por Pinedo, tomando el carril bici que nos lleva, a vora mar, hasta la pinada de El Saler. Un día nubladillo, pero los momentos que se asomaba el tenue sol alegraban un poco la vista.
Saba, ¡cómo no!, supo sorprendernos en este archiconocido recorrido, y aún tuvimos ocasión de descubrir algún rinconcillo... poco ciclable, todo hay que decirlo. Esta zona, en época muy lluviosa, alberga bonitos "ullals".
Una visita al Casal D’Esplai para disfrutar de cerca del mar. Un poco de diversión en las dunas (discretamente, que está prohibido pisotearlas) y seguimos camino buscando ya el almuerzo.
Como sabemos los que vivimos por esta zona, El Palmar es una pedanía famosa por los arroces, y al mediodía los restaurantes suelen estar a tope de gente; sin embargo los locales para almorzar no se prodigan, y apenas si hay alguno que es amigable con los ciclistas. En todo caso, Casa Mateu al menos tiene una terracita adecuada para la época de calorcillo, y un interior muy acristalado que te permite almorzar dentro sin perder de vista las bicis aparcadas. Por lo demás, el almuerzo no está mál, pero es que la austeridad del local (no se vé nada comestible en la barra) no anima demasiado la vista.
Estando en tal lugar, obligado pedirse un bocata de puntilla. Y luego, unos chupitos para animar un poco el ambiente... de marca, por supuesto...
Y con el mismo cielo nublado tomamos camino de vuelta a casa. El regreso es ya todo por asfalto, siguiendo la CV-500. Es carretera de poco tránsito en invierno, y nos regala bonitas vistas de la Albufera y la pinada.
A la altura de El Saler tomamos de nuevo el carril bici hasta la Ciudad de las Ciencias, donde nos despedimos con rapidez, para aprovechar el resto de la mañana con la familia. Un total de casi 50 km, tranquilos, pero hemos movido un poco el corazón y ¡nos hemos librado de la lluvia!
Como siempre, el resto de las fotos en nuestro álbum online. Esta semana la cámara era bastante malilla, y la baja calidad de las fotos se nota, pero ahí quedan para el recuerdo. Por cierto que el Lupax no nos pudo acompañar, debido a obligaciones con la familia. Le esperamos en la próxima...

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