Nuestro biciclub es algo muy especial. No creo que muchas otras peñas con tan pocos miembros tengan una actividad tan intensa como la nuestra. No podemos presumir de hacer muchos kilómetros, de cuidar nuestro físico o de tener bicicletas estupendas; sin embargo nuestro biciclub es el crisol donde el ciclismo de montaña se combina con la amistad, los buenos almuerzos, el disfrute de la naturaleza, etc. Por añadidura, tenemos la suerte de que algunos amigos se unen eventualmente a nuestro grupo (Juanma, Chimo, Juan, José, Manolo...), y con ellos vamos viviendo nuevas experiencias.
Y, poco a poco, vamos consiguiendo también que nuestras familias participen de este proyecto. En las próximas semanas, distintas actividades promovidas por la Fundación del Biciclub Verano Azul van a permitir que los más pequeños y nuestras parejas puedan disfrutar también de la naturaleza y la convivencia en grupo. Tenemos en cierne una acampada con los chavales, así como alguna salida en bicicleta a la que podrán acompañarnos amigos y familiares. Esperemos que estas actividades familiares animen a nuestro ex-compañero Chema a reencontrarse con el Biciclub.
En cuanto a nuestras salidas semanales, después del bajón que siempre acusamos en invierno, estoy seguro que un presidente dinámico como Saba nos propondrá una y otra vez interesantes rutas por nuevos lugares. En este sentido, cabe recordar que la temporada anterior fueron muy aplaudidas las excursiones por Vall de Gallinera, Calles, Barraix, Alpuente, Nocturna en bicicleta... Pero como no todo ha de ser montaña, no olvidemos rutas como Sierra de Irta, Via Verde del Xixarra, Ojos Negros, Desierto de las Palmas... que bien valen un madrugón.
Por último, otras rutas típicas de nuestros alrededores que aún no hemos recorrido pueden abordarse a lo largo de este año: Gestalgar, Sierra Martes, Orxa...
En fin, un año que se presenta lleno de emociones para un Biciclub que está muy vivo.
Fernández