Esta vez pudimos ponernos de acuerdo y Saba se acercó para compartir una ruta por Chóvar, ruta que ya conocía yo de años anteriores.
La ruta es bien sencilla, pero pasamos una buena mañana, disfrutando de la variedad de los tramos. Desde Vall d'Uxó hasta pasado Almedíjar tenemos asfalto, siempre en ligero ascenso. Luego se toma un desvío por tierra, que después de una fuerte subida se convierte en una bonita trialera hasta llegar a Chóvar. El regreso, después del almuerzo en el bar ciclista local, decidimos hacerlo por asfalto, para que la mañana no se complicara.
Hay que decir que, a pesar de las estupendas vistas, Saba se quejó bastante en la trialera. Lo cierto es que es un tramo complicado por los bolos de piedra que dificultan mucho el pedaleo; es inevitable echar pié a tierra en varios puntos. Sin embargo, si bajas el sillín puedes afrontar mejor estas zonas y disfrutar del descenso. Lo del pinchazo fue pura casualidad: la verdad es que pegué un buen llantazo y hay que agradecer que la llanta no se quedara marcada...
Bueno, el bar estuvo bastante bien: ambiente ciclista, cacaos, carajillo con miel... (ver el bonito bodegón con casco y café). Saba pudo saludar a algún compañero de trabajo, de esos que hacen un porrón de kilómetros por carretera... ya vemos que no somos los únicos en animarnos a salir en agosto.
¿Alguien puede explicarnos para qué tanto velocímetro? Este engendro estaba aparcado a la entrada del bar. Como siempre, podéis ver las fotos en nuestro álbum online. Fernández
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