Luego, cuando llegan todos al punto de encuentro, resulta que el Lupas pincha con unos vidrios de una litrona, y ya casi que te dan ganas de irte directo al bar (ya no te digo el Lupas, que Saba le acababa de pisar las gafas del Decathlon). Como mucho los ánimos nos daban para acercarnos a echar un vistazo a donde más tarde teníamos la paella, por la Font d'En Corts.
Pero ahí sale a relucir la furia española: "¡¡TODOS CON LA ROJA!!", parece que pensamos al unísono, y mira tú por donde que aún nos hicimos unos 30 kilómetrillos, eso sí, sin alejarnos demasiado del bar.
Decidimos acercarnos por lo del Street Circuit, hasta donde nos dejaran pasar. Con el sol fuera, nos dimos un garbeo por la pista y los amarres; luego ya directos al bar Moncayo.
El almuerzo se alargó un poco, ya que por una vez no teníamos prisa. Luego, a casa a darse una duchita y de vuelta con los amiguetes, a por la paella.
En fin, etapa perrángana donde las haya, pero lo que cuenta es salir ¿no?
Fernández
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